🪞Reflejo
A veces la verdadera pregunta no es «qué ha pasado», sino «por qué me pica tanto el cuello».
✒️ Entre luz y tinta
Historias que se encienden en la penumbra
Por Antonio de Rosa
🕯 Relato breve: Reflejo
Cuando Martín despertó no sabía por qué le picaba tanto el cuello. Alzó una mano para rascarse, pero no llegaba hasta la cabeza. Sentía una rigidez enorme en el brazo, así que, con la poca luz que entraba por la ventana intentó ver qué le ocurría a su extremidad. Lo que vio no sabía si le sorprendía más que le asustaba, o viceversa.
Corrió hasta el armario, que en una de sus puertas tenía un espejo, pero con esa mano peluda no pudo agarrar el picaporte. De hecho, sintió la necesidad de correr a cuatro patas en lugar de sobre dos.
Comenzó a mirar a su alrededor y vio un poco de luz tras la puerta entornada. Metió una pata por la abertura y consiguió abrirla para poder pasar el cuerpo completo por ella. Corrió por el pasillo que tantas veces había recorrido y al pasar junto a un brasero de latón, bien bruñido, se vio reflejado con la distorsión convexa del utensilio.
Ahí pudo ver que lo que el día anterior era un ser humano, objetivamente bien parecido, hoy se había convertido en un perro. Un peludo ser que no levantaba del suelo más de cuarenta centímetros.
Volvió a picarle el cuello y, esta vez sí, usó una de sus patas traseras para rascarse. Intentó buscar en la casa algún vestigio de vida, pero su búsqueda fue infructuosa.
Le entraron ganas de orinar, pero con sus patas no podía abrir la tapadera del inodoro, así que, al no poder aguantarse, tuvo que hacer sus necesidades junto a la terraza, en una esquina del salón.
En ese preciso instante se oyó la puerta de la calle. Se ilusionó al saber que, seguro que quien entraba por la puerta, su mujer, sabría deshacer ese entuerto.
Al llegar hasta él, torció el gesto y le recriminó:
—¿Otra vez te has vuelto a hacer pipí en la casa, Martín? Eres un perro muy malo.Martín agachó la cabeza avergonzado, aunque, María, le acariciara el lomo.
Pero, más que vergüenza, sentía una mezcla de asombro y miedo pues juraría que el día anterior era un hombre.
✍️ El rincón del escritor
Cómo narrar una transformación sin explicarla
Una buena transformación no necesita justificación. Solo necesita ser creíble desde dentro del personaje.
Este relato funciona porque el lector entra en la confusión del protagonista sin que nadie le diga por qué ha ocurrido lo imposible.
Para escribir una transformación con fuerza:
Mantén la lógica emocional del personaje, aunque lo físico cambie.
Deja pistas mínimas, no razones. El misterio no se resuelve: se acepta.
Elige bien el punto de vista. En primera persona, el lector vive la sorpresa. En tercera cercana, como aquí, la siente con un poco de distancia… y humor.
El cuerpo cambia. El tono lo sostiene.
📚 Noticias desde la sombra
Estamos ya en una fase muy avanzada de la corrección. Los errores y fallas que tenía la historia se van solucionando poco a poco y va tomando cuerpo la novela.
Me estoy centrando mucho en la descripción de los escenarios que fue el punto fuerte de «El secreto del Nazareno», así como la parte histórica de la novela.
En la parte más actual estoy intentando que sea fresca y con emoción. También trabajando el suspense para que llegue el misterio hasta el final sin descubrir, que es uno de los alicientes de este tipo de historias.
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Porque en esta casa, las cosas nunca son solo lo que parecen.