La fiebre del oro
Cuando el brillo de la pantalla no alcanza para iluminar la soledad
🕯️ 1. Una página en la oscuridad
Relato breve: “La fiebre del oro”
Había sucumbido a la fiebre del oro de los últimos tiempos.
No había día que no hiciera una fotografía frente al espejo, sonriente y feliz, para encandilar a sus seguidores.Cada día exponía una experiencia, que iba creando, como un libro, su propia historia. Cada corazón, cada pulgar arriba, cada comentario, le sacaban una sonrisa y le unían, virtualmente, aún más a ellos.
Mediada la tarde, en una pequeña mesita, fotografiaba un café y una galleta mordida, que previamente había escupido en la basura, bajo el fregadero. Esas bombas de azúcar no eran muy amigas de su ropa.
Cuando el sol había caído, mostraba sus piernas y sus pies, embutidos estos últimos en unos gruesos calcetines de andar por casa, de colores vivos. Acercarse a las marcas de ropa era un objetivo a medio plazo.
Antes de dormir, se miraba al espejo, habiendo gastado todas las sonrisas del día, que guardaba en el teléfono como una joya preciada.
Lloraba y se lamentaba por la soledad que reinaba en su vida.
✍️ 2. La libreta del escritor
Consejo de escritura: Describir con un solo sentido
A veces, menos sentidos producen más verdad.
Cuando narramos una escena, solemos caer en la tentación de usarlo todo: colores, sonidos, texturas, aromas, sabores. Pero elegir solo uno puede intensificar el efecto y forzar al lector a sumergirse más profundamente.
🎧 Por ejemplo, describir solo con el oído:
El clic repetido de una lámpara que no enciende.
Un golpe seco en el piso de arriba.
Una respiración que no es la tuya.
👁 O solo con la vista:
Una taza que aún humea.
Una silla desplazada hacia atrás.
Un abrigo que cuelga sin sombra.
Restringirte a un solo canal sensorial obliga a refinar el detalle… y abre la puerta a la imaginación del lector.
🔎 3. Entre líneas
El brillo no siempre es oro
Vivimos en una fiebre por mostrar. A veces me pregunto si algún lector imagina cómo escribo estos boletines: en silencio, sin música, con una sola luz, y una libreta abierta junto a un café que rara vez termino.
Lo que brilla… no siempre calienta.
📚 4. Lo que viene
En el próximo número:
Relato nuevo: “La foto de la lápida”
Cómo elegir el nombre perfecto para un personaje sin caer en lo obvio
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